La mariposa Bicyclus anynana
hembra en condiciones más calientes y húmedas, que imitan la temporada
de lluvias en su ámbito natural, es más propensa a aparearse con machos
de alas decoradas. En cambio, con temperaturas más frías y secas es
ella quien asume el rol de «pretendiente». Se trata de un ejemplo poco común de inversión de funciones de género, aseguran los científicos.
La mariposa Bicyclus anynanaesta
hembra desarrolla patrones ornamentales muy vistosos, propio de los
machos y en forma de ojos, en sus alas para sobrevivir, afirma un
estudio publicado en la revista Science y que recoge la Plataforma Sinc.
Las
hembras que crecen en la época más fría y que cortejan de forma activa
a los machos viven vidas más largas con respecto a sus compañeros una
vez que se aparean. «Las
mariposas macho liberan nutrientes y esperma durante el acto sexual, y
parece que este hecho conduce a una mayor longevidad femenina», afirma Kathleen L. Prudic, investigadora del Departamento de Ecología y Biología de la Evolución de la Universidad de Yale.
Las
hembras buscan salir adelante durante la estación seca, por eso,
muestran «sus ojos» a los machos para poder obtener tales recursos.
«Pensábamos
que el cortejo cambiaba si se daban diferentes condiciones
medioambientales. Por ello, probamos el comportamiento de las mariposas
criadas en la etapa larval a 27º C y a 17º C», apunta la experta.
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